Poco después de la puesta en servicio, aparecieron numerosas ondulaciones del firme que imposibilitaban el tráfico a lo largo de muchos kilómetros. El siniestro lo rechazó formalmente el asegurador argumentando que se trataba de un error de diseño no cubierto por la póliza todo riesgo construcción, una vez comenzado el periodo de mantenimiento de la obra.
Gracias a la intervención de ASEVASA, se completaron los informes técnicos disponibles inicialmente, y finalmente se demostró la importancia de ciertos errores de ejecución cometidos durante del periodo de construcción. Asimismo, el coste de la reparación de daños quedó completamente acreditado y diferenciado de los gastos incurridos para incluir mejoras en el diseño original.
Como resultado, se posibilitó que el asegurador reconsiderara su posición inicial y que se negociara un acuerdo de indemnización.
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